El duelo es un proceso normal tras una pérdida de alguien o algo que nos importa. Los más conocidos son los procesos tras un fallecimiento de alguien querido, pero también se producen tras fallecimientos de mascotas, rupturas de pareja o con amistades, enfermedades o pérdidas de trabajo.
Tendemos a repetir las situaciones que nos aportan consecuencias positivas. Si asociamos que fumando o bebiendo tenemos más reconocimiento de nuestros compañeros, nos sentimos más integrados o nos sirve para calmar los nervios o ser más sociables, asociamos a que esa conducta nos aporta beneficios.
La pareja aporta muchos beneficios saludables como apoyo, complicidad o afecto. Pero ¿qué pasa si la pareja se convierte en fuente de problemas?
La mayoría de las parejas atraviesan etapas de dificultades y crisis. Los problemas generados en ellas pueden suponer un desgaste para uno o ambos miembros de la pareja con consecuencias muy negativas en la propia pareja.
La etapa infanto-juvenil es muy importante para el desarrollo de la personalidad de niños y adolescentes. La detección y atención precoz a sus problemas les ayudará a un mejor desarrollo con mayores habilidades para afrontar situaciones difíciles en el futuro. El trabajo conjunto con los padres en esta etapa es fundamental.
La ansiedad es una emoción básica que aparece ante los peligros. Es un sistema de defensa y alarma innato que activa la vigilancia y la respuesta para hacer frente a la amenaza o riesgo percibido.
Aparece en forma de curva, se activa ante el peligro y disminuye o bien cuando se percibe que ha desaparecido o se ha comprobado que la situación no supone un riesgo.
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