Está dedicado y destinado a todos/as padres y madres que, dentro de la preocupación por dar a vuestros hijos/as la mejor educación y calidad de vida, sois humanos y estáis influidos por la sociedad, sus opiniones, críticas y prejuicios.

Deberías… tienes que… ¿Has sentido alguna vez culpa o preocupación por no hacerlo “bien”? ¿Qué es hacerlo bien? Hay diversidad de profesionales que nos dan informaciones contrarias, si le sumamos la influencia de las opiniones de los demás (familia, amigos, vecinos) y de nuestras propias ideas es complicado saber cuál sería el modelo y pautas "perfectas". Aquí unas preguntas para analizar cómo sois como padres:

¿Cuando era bebé lo dejabas en la cuna aunque llorase o lo cogías cuando lloraba?

¿Hiciste lactancia materna?

¿Renunciaste al trabajo para estar con tus hijos, o los llevaste a la escuela infantil o con una cuidadora?

¿Le insistes con las notas y el estudio o no?

¿Aprovechas todo su tiempo libre para que haga actividades?

¿A qué edad y/ o circunstancias le empezaste/ o le dejarás ver la televisión o el móvil?

¿Tienes que estar SIEMPRE disponible para tu hijo y de buen humor?

Resultados:

Lo cierto es que no os tendría que importar mi opinión…psicóloga sí, pero ¿qué sabré yo de los motivos y circunstancias por las que tomáis unas decisiones u otras? ¿Qué sabré yo de cómo es el carácter de vuestro hijo y qué funciona mejor con él y sus necesidades?

El motivo por el que decía que es complicado radica en que no existe un modelo perfecto, depende de cada família, de cada hijo, de las circunstancias, entre otros muchos factores. En el día a día nos podemos ver haciendo rutinas, o tomando decisiones, en contra de lo que estábamos "seguros" que "debíamos" hacer, o no “somos capaces” de establecer las rutinas que “deberíamos hacer” porque a veces esas recomendaciones en nuestro caso no sirven.

Desde la psicología sabemos que el estilo educativo y de apego que le demos a nuestros hijos es fundamental para su desarrollo. Por ello, es lógico que exista preocupación por querer hacer lo mejor posible, o por sobrevivir en el intento.

Como padres creamos una idea del estilo educativo y pautas que creemos que son las mejores para nuestros hijos. Es bueno que reflexionemos, y nos cuestionemos decisiones, que nos informemos y busquemos recomendaciones, es una etapa nueva en nuestra vida y no tenemos por qué saber cómo hacer todo, pero una vez nos hemos hecho la idea del estilo y pautas que vamos a llevar a cabo es turno de dejar atrás cualquier juicio. ¿Acaso no es de “buena madre” pensar lo mejor para el hijo, pero sopesándolo con las circunstancias?

Hagamos lo que hagamos puede ser un "acierto" o un "fallo". El día de mañana nuestro hijo nos puede decir igual que si le hubiéramos insistido más en estudiar le habría ido mejor, como que nos dice que al insistir tanto tuvo mucho presión y lo pasó mal y por ello no continuó estudiando. Fallaremos y acertaremos, pero siempre lo haremos desde el cariño y desde la mejor de las intenciones

Intentemos escapar de la influencia de cómo pensamos que nos juzgarán y de nuestro propio juicio, no somos mejores ni peores por tomar unas decisiones u otras. Lo que sí pasa factura es que el niño crezca en un ambiente hostil, lleno de reproches o de tensión.

Disfruta de tiempo de calidad con tu hijo, y siempre desde el amor, piensa que es lo mejor para él según las circunstancias. Somos responsables tanto de darle amor incondicional, seguridad como herramientas para que se enfrente a la vida y se desarrolle.