Cuando no confías en tu valor y en tus capacidades puede afectarte de muchas formas y situaciones, veamos algunos ejemplos:
- Elección de parejas y/o amigos inadecuados, que no te respetan o con los que no te muestras sincero/a. Al no darte tú valor puedes depender en exceso de la valoración de otras personas debido a que el valor de ti mismo/a dependerá de lo que piensen otros. Ello puede llevar a no dar tu opinión para evitar “molestar” o contradecir a otros, teniendo en cuenta que en muchas ocasiones ni confías en tus propias opiniones y gustos. En otras ocasiones puedes estar “aguantando” situaciones desagradables, menosprecios, burlas. La idea de poner en peligro la valoración y aceptación de tu grupo/pareja es tan fuerte y arriesgada que resulta más sencillo y seguro no enfrentarse en ninguna situación.
- Falta de asertividad y habilidades sociales. Necesidad de complacer a los demás para ser aceptado y miedo a decir que no o hacer algo que haga que nos rechacen. Si en algún momento decimos algo, es tras esperar mucho para decirlo y ya lo decimos con gran activación, por tanto, no de forma calmada y segura y con ello con más riesgos de que la siguiente vez no lo digamos hasta que “explotemos”
- Disminución rendimiento académico o laboral. No confiar en las propias capacidades, en ocasiones compensado por sobreesfuerzo para asegurarse que sale bien y a pesar del sobre esfuerzo la falta de confianza puede llevar a aumento excesivo de los nervios y presión que de nuevo puede afectar negativamente a tus resultados y de nuevo repercutirá en tu autoestima. Puede limitarte de forma importante ascensos.
- Falta de confianza para la superación de metas y retos, así como cambios de estilo de vida. Cuando no confiamos en nosotros mismos y en nuestra capacidad nos costará mucho más asumir riesgos y retos nuevos.