La alimentación es una necesidad biológica para vivir, pero... ¿comemos bien?

 ¿Cuántas veces hemos ido a comer a un buffet y hemos comido más de lo que necesitábamos? ¿Cuántas veces hemos repetido  plato o postre de algo que nos gustaba? o ¿cuántas veces hemos estado con una dieta estricta pasando hambre?

 

 

 Hoy tenemos acceso más fácil y variado a la comida. Este acceso ha llevado a un consumo excesivo de calorias en relación a nuestro gasto energético y por tanto un aumento de peso general en la población. Paralelo a ello, los cánones actuales de belleza de la sociedad nos impulsan a la importancia de la figura y el control del peso. Esto ha hecho que se hayan desarrollado, y extendido, múltiples formas para bajar de peso: dietas, ejercicio, remedios milagrosos... 

 

 

 

¿Preocuparse por la comida y querer bajar de peso es un trastorno? 

peso2

Los trastornos de alimentación o conducta alimentaria (TCA) se caracterizan por una preocupación excesiva por el peso y forma corporal, que derivan en consecuencias negativas para la salud como bajar de peso por debajo de los límites considerados saludables u otro tipo de conductas que ponen en riesgo nuestra salud física y/o psicológica.

 En el caso de la Anorexia y Bulimia suele existir una imagen errónea de la realidad sobre la propia figura y una sobrevaloración de la importancia del peso, acompañado de angustia intensa ante la idea de engordar. Esta preocupación lleva a conductas de restricción estricta de la dieta, ejercicio excesivo o vómitos para reducir el peso. La obsesión por la comida y las dietas puede provocar que gran parte del tiempo se invierta en conductas relacionadas con la bajada de peso y el reducir otro tipo de conductas (como ir a la piscina o cenar con los amigos) unido a un aislamiento social.

En otros casos, como la obesidad, se produce un aumento de peso por encima de los límites considerados saludables con riesgos importantes también para nuestra salud.